Cuando las bacterias se acumulan en exceso, primero producen una Gingivitis, que observamos como sangrado o inflamación de las encías. Es de destacar que 2 de cada 3 personas padecen esta patología sin darse cuenta porque, en general, no produce síntomas dolorosos. Un tratamiento de Periodoncia mantiene nuestra salud bucal, previniendo en vez de curar, dado que con el tiempo provocará la pérdida de dientes por debilitación y retraimiento óseo.
El tratamiento de esta enfermedad busca reducir la inflamación por medio de una limpieza profesional de los tejidos duros y blandos con métodos de ultrasonido. De esta manera se eliminan los depósitos minerales (placa bacteriana). El procedimiento se prolonga al hogar por medio de las instrucciones, medicación y técnicas de cepillado que nuestra higienista dental le proporcionará al terminar la consulta.
Cuando la Gingivitis no ha sido tratada, el avance del proceso deriva en una degradación de los tejidos que, dado el caso, será necesario tratar con una cirugía de reducción de bolsas periodontales, regeneración o injerto de tejidos blandos u óseos para poder mantener los dientes en su sitio.