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Odontología Slow

El movimiento de la Odontología Slow significa mantener los valores esenciales de la odontología y del cuidado de la salud en general con un claro fin preventivo. De esta forma se toma el control de la situación y se destina el tiempo y los recursos que sean necesarios, siempre. Para ello es necesario propiciar un ambiente relajado y placentero, además de curativo, con modelos de mínima intervención. Así, las personas lo pueden vivir como una experiencia satisfactoria que los mantiene en salud y con una boca bonita.

Atm - Mandíbula

Las cosas importantes de la vida, como la salud dental, deben ser tomadas con más calma para la búsqueda de un equilibrio entre la persona y su entorno. Por tanto, esa “actitud sin prisa” significa trabajar y hacer las cosas con más calidad, más sentido y más prevención, poniendo mayor atención a los detalles y a los pequeños matices.

El excesivo consumismo influenciado por la publicidad de los tiempos actuales comienza a mostrarnos su cara más amarga. En este aspecto, es muy importante prestar atención al objetivo de cada empresa. Por ejemplo, hay empresas del sector alimentario concebidas para generar dinero así como hay otras que nacen para satisfacer una demanda alimentaria y nutricional. Claramente, la misión de cada una es la cara opuesta de la otra. Es entonces nuestra decisión como pacientes, clientes o consumidores establecer los vínculos emocionales o comerciales que consideremos en cada caso.

Lo cierto es que la salud de nuestra boca no soporta tanta tecnología, marketing, prisas (dientes en un día, ¡dientes blancos ya!, etc..) a costa de lo que sea.

Es necesario acompañarlos tiempo de nuestra biología, saber para donde vamos, construyendo los cimientos para una verdadera salud. Esto requiere entender que si queremos que algo dure debemos cuidarlo y no sólo repararlo. Así mismo, tomar de forma consciente el control de nuestro cuerpo y nuestra salud dental nos permitirá prevenir en vez de curar.

 

MENOS ES MÁS

La Odontología Slow nos hace ser más eficientes y ahorrar tiempo. Un tiempo que invertimos en humanizar al máximo la relación con nuestros pacientes, mediante la comunicación con ellos y descifrando sus expectativas, sus verdaderas necesidades y la forma más idónea con la que podremos satisfacerlas.